El embajador de Washington en la UE, Gordon Sondland, declara que sí hubo un intercambio de favores con Kiev para indagar al rival político del presidente; sus declaraciones salpican a Pence, Pompeo y al secretario de Energía
El testigo más esperado contra Donald Trump llegó a las audiencias de juicio político (impeachment). Ayer, Gordon Sondland, embajador del magnate en la Unión Europea, ofreció la declaración más valiosa para activar el proceso de expulsión del presidente número 45 de Estados Unidos, a quien incriminó directamente como el gran coordinador del Ucraniagate, la operación con la que presionó al gobierno del país europeo para iniciar una investigación a su posible rival en las elecciones de 2020, Joe Biden.
Sondland no sólo implicó al presidente, también lo hizo con sus aliados, los principales cargos del gobierno estadounidense: el secretario de Estado, Mike Pompeo; el vicepresidente, Mike Pence; el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, y el secretario de Energía, Rick Perry. Todos ellos, precisó, estaban al tanto de los esfuerzos para asegurar investigaciones benéficas hacia Donald Trump, por lo que el Ucraniagate era entero dominio de la administración.
“Todos estaban bien informados”, remarcó Sondland. “No fue ningún secreto”. Y explicó que había ofrecido reportes a funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Estado de los “esfuerzos” con Ucrania, incluso exhibió ante el comité investigador del impeachment un correo del 19 de julio, que envió a Pompeo, Mulvaney y Perry sobre Ucrania, en el que les avisaba que ese país estaba “preparándose para realizar una investigación totalmente transparente”.
El testimonio de Sondland resultó dramático desde el inicio, ya que confirmó que una reunión de la Casa Blanca estaba condicionada a que Ucrania iniciara pesquisas sobre la interferencia electoral de 2016 y Burisma Holdings, una compañía de gas ucraniana que empleó al hijo del exvicepresidente Biden, Hunter Biden.
Sondland también proporcionó armas para que los demócratas acusen a Trump de obstruir la investigación de juicio político, pues subrayó que el Departamento de Estado y la Casa Blanca se negaron a proporcionar a él y a sus abogados materiales relevantes para reforzar los argumentos de su testimonio.
“En ausencia de estos materiales, mi memoria no ha sido perfecta”, dijo el embajador de Estados Unidos en la Unión Europea, quien además fue uno de los principales donantes de la campaña presidencial de Trump.
El magnate y sus aliados buscaron distanciarse de Sondland. “No lo conozco muy bien. No le he hablado mucho. Sin embargo, parece un buen tipo“, comentó Trump en su defensa, después de enterarse de las acusaciones.
El abogado del mandatario, Rudolph Giuliani, puesto por testigos en el centro de la controversia, fue el más combativo de los funcionarios implicados, al rechazar el testimonio del diplomático.
“El abogado republicano (refiriéndose a Sondland) está captando mentiras demócratas, da vergüenza”, publicó Giuliani en su cuenta de Twitter . “Permítanme informarles: ¡NO tengo intereses financieros en Ucrania, NINGUNO! Agradecería su disculpa”, agregó en la red social.
Gordon Sondland añadió que él, Perry y Kurt Volker, el entonces enviado de Estados Unidos a Ucrania, no querían trabajar con Rudolph Giuliani, pero que “todos entendieron que si nos negábamos a trabajar con el abogado del presidente perderíamos una oportunidad importante para cimentar las relaciones entre nuestro país y Ucrania. Así que nos limitamos a seguir las órdenes del presidente”, concluyó frente a las cámaras en el recinto legislativo.
- El Dato: Al menos tres personas escucharon la conversación telefónica en la que Trump y Sondland analizaron las presiones a Ucrania.